La Gremial de Alimentos y Bebidas emite su postura ante el etiquetado frontal de la iniciativa 5504

La industria de Alimentos y Bebidas en Guatemala continúa al manifestando su postura con relación a la iniciativa 5504, que obligaría a un etiquetado frontal adicional a los productos.   Recientemente, Guatemala participó en un Congreso a nivel de Centroamérica y el Caribe con relación al tema. 
Julio Orozco, Director Ejecutivo de la Gremial de Alimentos y Bebidas (GREMAB), emitió la postura de la entidad: 
Respecto al avance de la iniciativa de ley.

“Nos preocupa el progreso de la iniciativa de ley, que parece desviar la atención de los esfuerzos que los ministerios de economía y salud de Guatemala iniciaron hace 4 años con la actualización del RTCA de Etiquetado Nutricional, parte de la hoja de ruta regional para un etiquetado frontal homologado. También vemos con preocupación el avance de la iniciativa, ya que creemos que necesita una revisión técnica exhaustiva para tener una verdadera oportunidad de impactar positivamente en la alimentación de la población.

Los parámetros técnicos de la iniciativa deben incentivar la innovación y mejorar el valor nutricional de los alimentos y bebidas. Sin embargo, la propuesta contenida en la iniciativa podría no fomentar estas mejoras y, además, podría penalizar a los alimentos diseñados para atender necesidades nutricionales específicas, como la desnutrición, que no han sido incluidos en el campo de aplicación en ningún país con normativa de etiquetado frontal.

Como sector, apoyamos la regulación bien fundamentada y respaldamos firmemente la hoja de ruta trazada por los ministerios de economía y salud de la región para la construcción de una normativa de etiquetado frontal a nivel centroamericano.”
La GREMAB indicó: “respecto a las enfermedades crónicas no transmisibles y el consumo de alimentos y bebidas preenvasados. 
Las enfermedades no transmisibles (ENT) son de larga duración y resultan de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y de comportamiento. Entre los factores de riesgo modificables se encuentran la inactividad física, la alimentación no balanceada y la falta de descanso apropiado.

Como sector, coincidimos en la necesidad de reforzar la educación a la población, considerando que la alimentación no se limita solo a los alimentos y bebidas preenvasados. También incluye alimentos preparados en casa, consumidos fuera del hogar o fabricados por artesanos o empresas informales sin control del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.

Es importante destacar que no solo los alimentos preenvasados contienen nutrientes de interés para la salud pública. Esta realidad se extiende a alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana, como los preparados en casa, los ofrecidos en puestos de comida callejera y las comidas típicas regionales. Por lo tanto, la iniciativa de ley, al centrarse únicamente en productos preenvasados, podría dejar fuera entre el 60-70% de los alimentos que el guatemalteco consume.”
El director ejecutivo de GREMAB, indicó: Respecto a la información a los consumidores:

“Como sector, tenemos una visión que abarca principios fundamentales para el desarrollo y bienestar de nuestra sociedad. Esto incluye el compromiso de proporcionar información nutricional simplificada y accesible, facilitando así decisiones informadas de los consumidores. El sector productivo formal de alimentos y bebidas cumple con la normativa regional vigente en materia de información al consumidor, requerida y evaluada por las autoridades sanitarias y hemos respaldado los últimos 4 años un proceso ordenado y consensuado para la construcción de una normativa de etiquetado frontal a nivel centroamericano.

Una normativa de etiquetado que: Se construya con base en referencias internacionales y evidencia científica, evitando la pseudociencia; que establezca parámetros técnicos basados en las porciones efectivamente consumidas de cada alimento; que incentive y permita la innovación en los portafolios; que haga énfasis en la educación sin alarmismo e incentive la implementación de programas educativos multisectoriales; que evite estigmatizar las categorías de alimentos producidas por la industria y que no se convierta en un obstáculo al comercio y busque la convergencia regulatoria a nivel mundial.”

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