Nutrición en la primera infancia: base del desarrollo integral de la niñez según promueve Dos Pinos

En el marco de la sesión mensual de Educación Médica Continua de la Asociación de Pediatría de Guatemala (ASOPEDIA), y en conjunto con Dos Pinos, se efectuó la conferencia “Impacto de los nutrientes en niños de 1 a 3 años”, la primera parte del programa estuvo a cargo de la Dra. Flor de María Ramírez Ortiz, reconocida gastroenteróloga pediatra. 
Durante la charla, la especialista profundizó en la importancia de una alimentación adecuada en esta etapa crítica del desarrollo infantil.

Los primeros años de vida, en particular los primeros 2000 días, son decisivos para el desarrollo físico y cognitivo. No solo sientan las bases para una vida saludable, sino también para construir sociedades más equitativas. Sin embargo, Guatemala enfrenta grandes retos en este ámbito:
es el país con mayor prevalencia de desnutrición crónica en América Latina y el Caribe, y el sexto a nivel mundial (UNICEF, 2017). 

Según datos oficiales de la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI) 2015, el 46.5% de los niños menores de cinco años presentan desnutrición crónica, y el 32.4% de los menores de cinco años padecen anemia. Además, se observa una preocupante coexistencia de malnutrición y sobrepeso, lo que se conoce como “doble carga” de malnutrición, presente en un 20.7% de la población infantil (INCAP, 2015).
“La malnutrición infantil no siempre se manifiesta como bajo peso o talla. El hambre oculta, producto de deficiencias crónicas de micronutrientes, puede estar presente incluso en niños con peso normal o con sobrepeso. Es fundamental educar a las familias sobre la calidad de la alimentación que reciben sus hijos, especialmente entre los 12 y 36 meses de edad, una etapa en la que los requerimientos energéticos y nutricionales cambian significativamente”, destacó la Dra. Flor de María Ramírez Ortíz.

En esta etapa, los niños requieren aproximadamente 1,300 kcal diarias, con un balance adecuado de hidratos de carbono complejos, grasas saludables y proteínas de alta calidad. También es crucial garantizar el aporte de micronutrientes esenciales como hierro, calcio, zinc y vitaminas A, C, D y del complejo B.

Una alimentación variada, rica en alimentos naturales, preparada en casa, y que incluya cinco tiempos de comida distribuidos en tres comidas principales y dos refacciones, es clave para asegurar una nutrición adecuada. Las bebidas ideales para esta etapa son el agua y la leche de vaca sin modificar. Para los niños que aún reciben leche materna, esta continúa siendo una fuente importante de energía y defensas inmunológicas. Dos Pinos está comprometido con la educación y la nutrición integral de los menores, y por ello impulsa iniciativas que brindan alternativas y herramientas a los profesionales de la salud. A través de talleres educativos, buscamos promover el conocimiento en temas clave como la alimentación adecuada en la primera infancia, etapa fundamental para un desarrollo físico y cognitivo saludable.
En este contexto, y durante la segunda parte del programa, se destacó la importancia de los preparados alimenticios como aliados estratégicos en el complemento de la dieta infantil. Esto es especialmente relevante entre los 12 y 36 meses de edad, cuando las demandas nutricionales aumentan considerablemente y, en muchos casos, la alimentación habitual no logra cubrir todos los requerimientos del niño o la niña.
Dos Pinos reafirma su compromiso con la nutrición infantil con Cre-c 1+:  como parte del enfoque integral para mejorar la nutrición de la niñez guatemalteca, Dos Pinos presentó su preparado alimenticio Cre-c 1+, desarrollado específicamente para niños y niñas de 1 a 3 años. Este producto ha sido diseñado para complementar la alimentación diaria, especialmente en contextos donde existen deficiencias nutricionales o dificultades alimentarias.

Cre-c 1+ ofrece una fórmula fortificada con el exclusivo sistema “Complete Care”, que aporta beneficios clave para el desarrollo infantil:
• Desarrollo cognitivo: gracias a nutrientes como hierro, zinc, yodo, magnesio, vitaminas del complejo B y ácido fólico.
• Fortalecimiento del sistema inmune: con vitaminas A, C, D, B6, B12 y selenio.
• Mejora de la función digestiva: por su contenido de fibra prebiótica y cloruro.
• Crecimiento óseo y muscular: gracias a la proteína, calcio, fósforo, potasio y ácido linoleico.

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