Magdalena, líder de la agroindustria presenta su nueva imagen e incursiona en la biotecnología en Guatemala

Con la presentación de su nueva imagen corporativa, Magdalena marca un hito empresarial hacia una nueva era de crecimiento que responde a su búsqueda por transformarse y mostrar el compromiso de adaptarse a las demandas actuales.  Como parte de su ADN empresarial, Magdalena se ha caracterizado por promover valores, confianza y crecimiento a través del tiempo. 
Estos elementos se unen para proyectarse como una empresa que asume el reto de investigar soluciones para los grandes desafíos de la humanidad, a través de la ciencia y la academia tanto en Guatemala como fuera de las fronteras. 	
Una de las principales incorporaciones a este cambio de imagen es el infinito. Este símbolo, representa el espíritu de mejora incesante de la compañía y el compromiso con un futuro de crecimiento sostenible a través de la investigación científica, en nuevas tecnologías y el impacto positivo a la sociedad. 

Como líder regional en temas de agroindustria y energías renovables, Magdalena pretende convertirse, en un futuro próximo, en un actor clave en la cadena de biotecnología. Es por ello, que este cambio refresca la visión de la empresa y promueve su compromiso con estos nuevos proyectos, además de mantener un valor clave en sus sistemas de producción, la relación inteligente con el campo, ya que la empresa ha trabajado en los últimos años para liberar todo su potencial y crecer con él y con quienes lo habitan de una manera equilibrada y sostenida.
“Hoy presentamos nuestra nueva imagen, la evolución de ser más que un productor azucarero, a ser una empresa de agroindustria, energías renovables y biotecnología. Magdalena es una compañía integrada que mediante alianzas estratégicas quiere contribuir a solucionar los grandes desafíos de la humanidad,” afirmó Tatiana Serrano, directora de Planeación Estratégica.
Magdalena se ha destacado por su valiosa adaptación a las demandas del mercado, ha invertido tiempo y recursos para diversificar su oferta de valor a partir de su principal materia prima, la caña de azúcar y sus derivados. Este cambio de imagen se encamina a que más personas reconozcan la labor de la empresa y su fortaleza tecnológica. 
“Somos una empresa familiar bajo la visión de los hermanos Leal Pivaral, quienes veían el negocio como una oportunidad constante de crecimiento. En tan sólo cuatro décadas, Magdalena pasó de ser un pequeño ingenio azucarero, a convertirse en un líder regional de la agroindustria y uno de los mayores productores de energías renovables. Estamos revolucionando nuestra forma de transformar la caña de azúcar a otros productos, ya sea azúcar, energía y alcohol. Pero, no queremos quedarnos ahí. Buscamos hacer que la caña de azúcar logre resolver grandes problemas en la sociedad a través de la biotecnología. Sabemos que es un camino largo y hemos asumido el compromiso dejando un legado a la humanidad y con esta misión lograremos, gracias a nuestro equipo de trabajo enfocarnos en la visión de acompañar la estrategia del negocio” afirmó el Jorge Leal, CEO de Magdalena. 
Con una trayectoria de más de 40 años, con la firmeza de los valores de sus fundadores y la visión de la nueva generación, Magdalena inicia una era que marcará el camino sin precedentes hacia la biotecnología. 

Sobre el cambio de imagen 
Como parte de su nueva identidad corporativa, la compañía incorpora el infinito como el símbolo que representa el espíritu de mejora incesante y el compromiso con un futuro de crecimiento sostenible a través de la investigación científica, en nuevas tecnologías e impacto positivo a la sociedad.
Además, sus nuevos colores institucionales transmiten mensajes contundentes. El verde que representa la frescura, armonía y relación inteligente con el campo y el bienestar que la agroindustria proporciona para la calidad de vida de las personas, y el azul que representa la mirada clara del fuerte vínculo y equilibrio entre la tecnología y la ciencia de cara al futuro.

Actualmente, Magdalena es una de las tres unidades industriales más grandes del mundo, genera el 10% de la energía que se consume en Guatemala y produce el 25% de azúcar del país, además, genera más de 13 mil 200 empleos.

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