Una cohorte integrada por 177 jóvenes inició su preparación como Servidores Cívicos
Promoviendo proyectos que permitan mejorar su potencial humano como jóvenes promesas. “No dejen que la vida los arrastre. Ustedes están aquí para dejar huella”, con estas palabras, el secretario Marvin Rabanales dio la bienvenida a 177 jóvenes que iniciaron su formación como Servidores Cívicos Sociales de la Secretaría de Bienestar Social (SBS), en una ceremonia cargada de esperanza, compromiso y emoción.
Estos jóvenes, provenientes de ocho departamentos del país, tomaron la decisión de convertir su tiempo, energía y sueños en servicio comunitario. Durante 2 meses, se formarán en temas clave como la prevención de la violencia, la migración irregular y los embarazos en adolescentes, con el objetivo de convertirse en agentes de cambio dentro de sus comunidades.
“Ellos no solo aprenden, también se transforman. Cada capacitación fortalece su resiliencia, su autoestima y su proyecto de vida”,
explicó la licenciada Silvia Antillón, jefa del programa Casa Joven.

Más que voluntariado: una transformación de vida
El programa de Servicio Cívico Social está diseñado para que los jóvenes pasen de la teoría a la acción. Luego de dos meses de formación intensiva, deben completar 728 horas de servicio, distribuidas en jornadas de cuatro a cinco horas diarias, de lunes a viernes.
Durante ese tiempo, los participantes gestionan espacios en centros educativos cercanos a los programas de la SBS, donde imparten talleres y charlas dirigidas a niñas, niños y adolescentes. La meta: informar, prevenir y empoderar; y eso no es todo. En los últimos meses del año, estos jóvenes se convierten también en facilitadores de escuelas de vacaciones comunitarias, donde comparten sus habilidades –desde canto hasta manualidades, cocina o deporte– creando espacios seguros, creativos y educativos para la niñez y adolescencia.
Jóvenes que cambian realidades
La magnitud de su labor no se limita al aula. “Ustedes pueden ser ese par en quien un niño o niña confíe. Ese alguien que escuche, que ayude, que informe, que acompañe”, dijo el secretario Rabanales. “Van a afectar positivamente su vida y la de otros. Y con eso, todo habrá valido la pena”.
El impacto va más allá de las cifras: cada historia transformada, cada charla impartida, cada sonrisa recibida es una victoria. Porque al final de sus 728 horas, estos jóvenes no serán los mismos. Serán ciudadanos empoderados, conscientes y comprometidos con su país.
En palabras del Secretario: “soñemos, pero no nos quedemos en el bostezo. Actuemos. Hoy tienen la oportunidad, el espacio y la
dirección. Que la vida no los atropelle, que ustedes la transformen”.
Durante la actividad, también se contó con la participación de la representante del Secretario Ejecutivo del Servicio Cívico, Stephanie Tello, quien destacó el impacto que este programa tiene en la construcción de ciudadanía activa y en la prevención de problemáticas sociales que afectan a la juventud. Por su parte, la licenciada Lucía Linares, Directora de Protección Especial y Atención no Residencial de la SBS, animó a las y los jóvenes a aprovechar esta oportunidad como una herramienta para descubrir su vocación de servicio y dejar una huella positiva en sus comunidades.
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